lunes, 24 de mayo de 2010

NÁPOLES

Ya en Buenos Aires y a una distancia considerable puedo decir que Nápoles es una ciudad sorprendente y contradictoria.
Esta escultura con fititos se encuentra en los pasillos para hacer combinaciones entre las líneas del metro. Me enterneció mucho y me trajo recuerdos de los años sesenta y setenta en que casi siempre el primer auto era un Fiat 600



Pensé que eran infundados los comentarios de que Nápoles es una ciudad no muy limpia.
El primer contacto que uno tiene cuando viaja, son las estaciones de micros, trenes y aeropuertos; yo creo que estos lugares son una pequeña muestra de cómo será la ciudad a donde llegamos.


El Hostel estaba a un par de cuadras de la estación. Se llama "La controra", significa algo así como las horas de los día del verano en que uno se queda a descansar; supongo que será lo que para los argentinos es la la hora sagrada de la siesta.
El edificio era un antiguo convento que fue remodelado y sólo conserva su antigua fachada.


También aún tiene un hermoso jardín con palmeras y muchas plantas donde se hacen reuniones con bandas, barbacoa y exposiciones de pinturas y feria de ropa y bijou.


Después de instalarnos en el hostel, con mis compañeros de viaje, fuimos a conocer el Centro Histórico que estaba a pocas cuadras.


Ellos son Mariano, mi hijo número dos de los cuatro que tengo, y Silvia, su compañera de ruta en la vida.


¡El tránsito era un caos! Las veredas muy angostas;
hay muy pocas esquinas con semáforos y los policías con una especie de batuta, hacían todo lo posible por dirigirlo. ¡Cruzar de una vereda a la otra es una hazaña épica! Muy pocos paran para que pase el peatón y es posible que uno termine... ¡con una motoneta de sombrero!

Los viejos balcones y las fachadas descoloridas son una muestra de la ropa que usan lo napolitanos. En dos oportunidades vimos caer medias de un balcón.



Nápoles es una ciudad con muchísimas iglesias y una gran riqueza arquitectónica y cultural.
Aunque todavía estoy en dudas si el patrimonio histórico está tan deteriorado porque es una estrategia para atraer al turismo o si no hay presupuesto para restaurarlos.
También me llamó la atención los containers desbordando de basura y en las esquinas, montañas de todas las cosas que los napolitanos desechan.
¡Me acordé de Buenos Aires y el barrio de Once a las siete de la tarde cuando ya han cerrado lo negocios!



Confieso que mi primera intención fue la de salir corriendo pero después pensé que no podía ser cobarde y me dispuse a mirarla con otros ojos.
¡Y descubrí que también tiene su encanto!


!Y que es prima hermana de Buenos Aires con sus simpáticos cables aéreos!
¡Aunque tener al Vesubio por vecino, le da más categoría!


La sentí como una ciudad italiana quedada en el tiempo.
Aún hoy Nápoles es como "Ladrones de bicicletas" de Vittorio De Sica, y tiene la fuerza de Ana Magnani en las películas de post guerra.
Dicen que cuanto más al sur de Italia se llega, hay más pobreza. Por mi poca experiencia, me parece que es así. ¡Mis próximos destinos tendrán que ser de Roma hacia el norte para comprobarlo!

Igual que en las ciudades de Calanda y Alcañiz, en la región del bajo Aragón, en muchas esquinas hay imágenes religiosa o como pequeños altares.


Al comenzar dije que Nápoles es contradictoria.
El segundo día de nuestra estadía, la ciudad nos mostró una cara completamente distinta. ¡Pero bueno, será material para un próximo encuentro!















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